8.11.17

Pedro A. González Moreno (Entro sempre no nome)





Entro siempre en el nombre igual que quien regresa
a un desván muy antiguo, ve ante sí sus recuerdos
y nada reconoce.
Igual que quien descorre unas cortinas
que se abren al vacío
y descubre de pronto que recordar es sólo
asomarse a las sombras.
Como se entra en un cuerpo
que tampoco las manos reconocen
(la memoria se empieza perdiendo por el tacto),
así entro yo en los largos paisajes del olvido,
como se entra en un nombre
que cuando se pronuncia va agrandándose y crece
por encima del vaho de sus sílabas.

Entro siempre en el nombre como se entra en un cuerpo:
besando su misterio al pronunciarlo.


Pedro A. González Moreno




Entro sempre no nome tal como quem regressa
a um desvão antigo e nada reconhece
perante as suas recordações.
Tal como quem corre umas cortinas
abrindo para o vazio
e de súbito descobre que recordar é apenas
assomar entre as sombras.
Como se entra num corpo
que nem as mãos reconhecem
(pelo tacto se começa a perder a memória),
assim eu entro nas longas paisagens do olvido,
como se entra num nome
que engrandece ao pronunciar-se,
crescendo por cima do vapor das sílabas.

Entro sempre no nome como se entra num corpo,
beijando-lhe o mistério ao pronunciá-lo.



(Trad. A.M.)

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